Lo humillaron en prisión por su apariencia débil, sin sospechar que el novato silencioso era un maestro de Kung Fu a punto de impartir su lección más brutal.
Cuando Tomás cruzó las oxidadas y rechinantes puertas de la penitenciaría de Santa Cruz, sintió como si el aire mismo se volviera más denso, cargado con el peso de mil …
Lo humillaron en prisión por su apariencia débil, sin sospechar que el novato silencioso era un maestro de Kung Fu a punto de impartir su lección más brutal. Read More