“Después de una década de silencio, Ramiro Delgado confiesa lo inimaginable: la traición, la enfermedad y el oscuro secreto que lo separó de Bronco y cambió su vida para siempre.”
El regreso de una voz olvidada
El mundo de la música grupera quedó conmocionado. A sus 65 años, Ramiro Delgado, uno de los fundadores del legendario grupo Bronco, rompió el silencio que había guardado durante años. Su voz, pausada pero firme, resonó con una mezcla de tristeza, rabia y liberación.
Durante casi una década, los rumores sobre su salida del grupo llenaron los titulares: que si traición, que si problemas económicos, que si envidia. Pero ahora, por primera vez, Ramiro ha decidido contar su verdad, y sus palabras no dejan indiferente a nadie.
“Callé por respeto, por miedo y por amor a la historia que construimos. Pero ya no tengo nada que perder. La gente merece saber la verdad.”
Así comenzó una entrevista que ha sacudido al público mexicano y a los millones de fanáticos que crecieron con sus canciones.
La traición que lo marcó
Ramiro Delgado fue parte esencial del sonido y del alma de Bronco. Su acordeón, su voz y su energía sobre el escenario ayudaron a construir uno de los grupos más queridos de la música popular mexicana. Pero detrás del éxito, se escondía un ambiente tenso.
Durante años, se habló de conflictos internos, pero nunca se supo qué tan profundos eran. Hasta ahora.
“Todo empezó con los cambios en el grupo, con decisiones que no se consultaban. Sentí que poco a poco me estaban apartando”, confiesa el músico con evidente nostalgia.
Según relata, los problemas comenzaron cuando el liderazgo dentro de Bronco se volvió más cerrado. “De repente, ya no éramos compañeros, éramos empleados. Y eso dolió”, dice.
Ramiro asegura que fue marginado y engañado en decisiones económicas y contractuales. “Me decían que todo estaba bien, pero las cifras no cuadraban. Cuando pedí explicaciones, me pintaron como el enemigo.”
La enfermedad y el abandono
A la tensión laboral se sumó un golpe devastador: la enfermedad. En 2019, Ramiro Delgado fue hospitalizado de emergencia tras sufrir un derrame cerebral. En ese momento, el público creyó que sus compañeros estaban a su lado. Pero la realidad, según él mismo cuenta, fue muy distinta.
“Esperé una llamada, una visita… algo. Pero nadie vino. Me enteré por la prensa que me habían sustituido.”
Su voz tiembla al recordarlo. “Estuve entre la vida y la muerte. Y mientras yo luchaba por sobrevivir, ellos seguían cantando mis canciones.”
Los fans reaccionaron con furia en redes sociales. Muchos pidieron una reconciliación, pero los intentos fueron en vano. Bronco siguió adelante sin su fundador, mientras Ramiro enfrentaba una larga recuperación física y emocional.
El silencio y la oscuridad
Durante los años siguientes, Ramiro desapareció del ojo público. Se refugió en su familia y en la música, pero lejos de los grandes escenarios. “Necesitaba sanar. No solo mi cuerpo, también mi alma”, dice.
Sus días se volvieron simples: despertar temprano, tocar su acordeón, caminar con su esposa por la plaza del pueblo y agradecer por estar vivo. Pero dentro de él, el peso del silencio seguía creciendo.
“Cada vez que encendía la televisión y veía al grupo sin mí, algo se rompía por dentro. No era envidia, era tristeza. Sentía que me habían borrado de mi propia historia.”
El día que decidió hablar
La decisión de romper el silencio no fue fácil. Ramiro cuenta que fue su hijo quien lo animó a hablar.
“Papá, si no cuentas tu verdad, otros lo harán por ti”, le dijo.
Y así lo hizo. Con el corazón en la mano, ofreció una entrevista exclusiva donde no solo habló de su salida del grupo, sino también de los secretos que nunca se habían contado.
Según el músico, hubo acuerdos ocultos, contratos injustos y presiones que lo obligaron a firmar documentos bajo condiciones que hoy considera abusivas. “Yo confié demasiado. Pensé que la amistad valía más que el dinero, y me equivoqué.”
El reencuentro que nunca fue
Durante años, los fanáticos soñaron con una reunión de la formación original de Bronco. Sin embargo, Ramiro dejó claro que ese reencuentro ya no será posible.
“El perdón no significa regresar. Ya no soy el mismo, y ellos tampoco. Lo que fuimos, se quedó en el escenario de los ochenta.”
Aun así, asegura no guardar rencor. “Les deseo lo mejor. Pero yo sigo otro camino. El mío ya no tiene escenarios grandes, sino corazones sinceros que aún me recuerdan.”
El secreto detrás de la fama
Ramiro Delgado también habló del lado oscuro de la fama.
“La gente cree que ser famoso es vivir rodeado de lujos. Pero nadie ve la soledad, la traición, el desgaste. El precio del éxito puede ser la dignidad.”
Confiesa que hubo noches en que pensó en abandonar todo. “Cuando perdí la salud, sentí que también había perdido mi propósito. Pero entonces entendí que la música no era de ellos ni mía, sino del público.”
Estas palabras, dichas con una mezcla de tristeza y esperanza, provocaron lágrimas en quienes lo escuchaban.
El apoyo del público
Tras su confesión, las redes sociales se inundaron de mensajes de cariño. Miles de fans recordaron los años dorados de Bronco y exigieron respeto para quien consideran el alma original del grupo.
“Ramiro no necesita escenarios, porque su música vive en nosotros”, escribió una seguidora.
“El verdadero Bronco no se entiende sin él”, comentó otro usuario.
El músico, conmovido, respondió en un video:
“Gracias por no olvidarme. Ustedes son mi verdadero público, el que no se compra con dinero.”
Un nuevo comienzo
Lejos del escándalo, Ramiro Delgado ha encontrado una nueva paz. Vive en Monterrey con su familia, y prepara un proyecto musical independiente que, según él, “nace desde el alma, sin contratos ni presiones”.
Su próximo álbum, que llevará por título “Renacer”, incluirá temas inéditos compuestos durante su enfermedad. “Cada canción es una cicatriz convertida en melodía”, dice.
Además, planea ofrecer conciertos íntimos en pequeñas ciudades, donde pueda reconectar con la gente que lo vio crecer. “No quiero estadios, quiero miradas sinceras”, afirma.
El mensaje final que conmovió a México
Antes de despedirse en su entrevista, Ramiro dejó un mensaje que muchos consideran su legado emocional:
“Perdí amigos, dinero y salud, pero gané libertad. La fama se va, pero la verdad se queda.”
Sus palabras se han vuelto virales. No como un reclamo, sino como una lección. Una historia de resiliencia, de dignidad y de un hombre que, después de haberlo tenido todo, entendió que el valor más grande está en la paz interior.
Conclusión: el silencio terminó, pero la leyenda continúa
Ramiro Delgado no busca venganza, busca justicia. No necesita volver a los escenarios para demostrar quién es: su nombre ya está grabado en la historia de la música mexicana.
A sus 65 años, ha demostrado que no hay edad para comenzar de nuevo, ni herida tan profunda que la verdad no pueda sanar.
“He vuelto a tocar mi acordeón, y cuando suena, siento que mi alma respira otra vez.”
Con esas palabras, el fundador de Bronco cierra un capítulo de dolor y abre otro de esperanza.
Porque aunque intentaron silenciarlo, Ramiro Delgado ha vuelto a hablar… y el mundo, esta vez, lo está escuchando.