Jordi Sevilla ha anunciado la presentación de un manifiesto para impulsar una alternativa socialdemócrata dentro del PSOE y cuestionar abiertamente el liderazgo de Pedro Sánchez.
El exministro y expresidente de Red Eléctrica, Jordi Sevilla, ha dado un paso decisivo en el panorama político español al desafiar abiertamente a la actual dirección del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y, en particular, al liderazgo de Pedro Sánchez.
En una reciente entrevista, Sevilla ha revelado su intención de presentar un manifiesto en enero que busca sentar las bases para una alternativa socialdemócrata dentro del partido.
Este movimiento, que él considera necesario ante lo que califica de deriva “podemita”, pone de manifiesto un creciente descontento entre las filas socialistas.

Sevilla ha argumentado que el PSOE ha perdido su esencia histórica, alejándose de sus raíces socialdemócratas clásicas, las cuales han proporcionado los mejores resultados electorales y de gobierno en el pasado.
“El partido ha estado abrazando una política más populista, impulsada desde la cúpula y personificada en Pedro Sánchez”, afirma con firmeza.
Su objetivo es claro: recuperar la identidad del PSOE y devolverlo a su tradición socialdemócrata, que, según él, ha sido la clave de su éxito.
El exministro también ha sido categórico en su rechazo a la idea de que su iniciativa busque romper el partido o crear una nueva formación política.
“El PSOE sigue siendo mi casa”, declara, mientras se distancia de las especulaciones que sugieren un acercamiento al Partido Popular.
“Siempre habrá algún tonto o tonta que diga eso, pero no es así”, enfatiza, marcando su postura ante quienes intentan desacreditar su propuesta.

El manifiesto que Sevilla planea lanzar tras las fiestas navideñas será un documento fundacional que sentará las bases de una nueva dirección política dentro del PSOE.
En él, se dejará claro que el objetivo es “recuperar al PSOE para una política socialdemócrata”, lo que representa una enmienda directa a la línea política que ha dominado bajo el liderazgo de Sánchez en los últimos años.
Este desafío no solo pone en entredicho la estrategia actual del partido, sino que también refleja un malestar creciente en sectores históricos del socialismo que se sienten marginados.
Sevilla ha comenzado a trabajar para reunir apoyos dentro del partido, buscando tanto a dirigentes veteranos con experiencia y prestigio como a jóvenes promesas que anhelan un futuro político en el PSOE y en España.
Según sus palabras, ya ha mantenido conversaciones con “mucha gente” y ha notado un clima de receptividad creciente.
Este movimiento interno no es solo un grito de auxilio, sino una clara señal de que la contestación interna está tomando forma y organizándose con miras a un relevo ideológico y de liderazgo.
La iniciativa de Jordi Sevilla no es un fenómeno aislado; representa una corriente más amplia de descontento que se ha ido acumulando en las bases del partido.
A medida que el PSOE se enfrenta a desafíos electorales y a una creciente competencia política, la necesidad de un debate interno sobre su identidad y dirección se vuelve cada vez más urgente.
Sevilla, al alzar la voz, está tocando una fibra sensible en el seno del partido, donde muchos comparten su preocupación por el rumbo que ha tomado el PSOE en los últimos años.
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En este contexto, la figura de Sevilla se erige como un símbolo de resistencia y renovación.
Su llamado a regresar a las raíces socialdemócratas del partido resuena con aquellos que añoran una política más centrada en los valores tradicionales del socialismo, alejándose de lo que perciben como una deriva hacia el populismo.
Este desafío no solo es un reto para Sánchez, sino que también plantea preguntas fundamentales sobre el futuro del PSOE y su capacidad para adaptarse a las realidades cambiantes de la política española.
La reacción a la iniciativa de Sevilla será crucial en las próximas semanas. A medida que se aproxima la presentación de su manifiesto, las expectativas y tensiones dentro del partido aumentan.
¿Logrará Sevilla reunir el apoyo necesario para impulsar su movimiento? ¿O se encontrará con la resistencia de una dirección que ha consolidado su poder en los últimos años?
Lo que está claro es que la batalla por el alma del PSOE está en marcha, y las decisiones que se tomen en este momento definirán el futuro del partido y su papel en la política española.
En conclusión, la rebelión de Jordi Sevilla contra Pedro Sánchez es un fenómeno que va más allá de un simple desacuerdo interno.
Es un reflejo de una lucha más amplia por la identidad y el futuro del PSOE, un partido que, a pesar de sus desafíos, sigue siendo una de las principales fuerzas políticas en España.
Con su manifiesto a la vista, Sevilla está decidido a marcar un nuevo rumbo, y solo el tiempo dirá si su llamado a la acción resonará en las bases del partido o si será simplemente un eco en el vacío de la política contemporánea.

