ESTER MUÑOZ DESTAPA LA MENTIRA INESPERADA DE SÁNCHEZ EN PLENO CONGRESO. Todo ocurrió en apenas unos segundos, pero el impacto fue devastador. Ester Muñoz rompió la tensión —tensa como una cuerda a punto de romperse— con una frase que dejó mudos incluso a los más fieles defensores del Gobierno. Una mentira. Una mentira que Sánchez pronunció allí mismo, en el hemiciclo, frente a todo el Congreso… y que nadie había percibido hasta ahora. Muñoz no gritó, no atacó con furia: simplemente señaló un detalle mínimo, pero suficiente para desmontar por completo la versión oficial. ¿Por qué Sánchez decidió ocultar ese dato? ¿Por qué eligió precisamente ese momento para mentir? Los rostros a su alrededor lo dijeron todo: algo acababa de derrumbarse —y no solo un argumento político. Madrid quiere una respuesta. Y la quiere ya.

¡HUMILLACIÓN HISTÓRICA! ESTER MUÑOZ DESMANTELA EN EL CONGRESO LA SORPRENDENTE MENTIRA DE SÁNCHEZ.

El Congreso de los Diputados: epicentro de la lucha política, la corrupción y el modelo de país.

La sesión de control al Gobierno celebrada recientemente en el Congreso de los Diputados ha vuelto a poner de manifiesto el ambiente de tensión, crispación y desgaste institucional que atraviesa la política española.

Los debates, lejos de limitarse a la fiscalización de la acción del Ejecutivo, se han convertido en un verdadero campo de batalla donde la corrupción, la gestión económica y el modelo de país se entrecruzan en un relato de acusaciones cruzadas, reproches personales y una profunda desconfianza entre los principales partidos.

El arranque de la sesión estuvo marcado por la intervención de Alberto Núñez Feijóo, líder del Partido Popular, quien dirigió su pregunta al presidente Pedro Sánchez con un tono irónico y desafiante: “Si esta legislatura se puede pasar sin presupuestos generales del Estado, entiendo que también la siguiente, ¿no? ¿Cuántos años cree usted que podremos seguir así?”.

Feijóo puso el dedo en la llaga de uno de los grandes problemas actuales de la legislatura: la ausencia de unos nuevos presupuestos generales, que evidencia la debilidad parlamentaria del Gobierno y su dependencia de pactos puntuales con fuerzas minoritarias y nacionalistas.

El líder popular fue más allá, acusando al Gobierno de ignorar las resoluciones de la Cámara y de incumplir sistemáticamente las iniciativas aprobadas por mayoría, como la rebaja del IRPF, la adecuación de los impuestos a la inflación, la derogación de la ley de vivienda o la recuperación de indemnizaciones en la alta velocidad ferroviaria.

Feijóo denunció una actitud de “insumisión” del Ejecutivo hacia las Cortes Generales y, con un punto de sarcasmo, preguntó si para sacar adelante cualquier medida había que “reservar una mordida del 2% al Partido Socialista Obrero Español”.

La respuesta de Pedro Sánchez no se hizo esperar. El presidente recurrió a los datos económicos para defender la gestión de su Gobierno: “España tiene unos presupuestos vigentes y estos presupuestos le sientan bien a la economía y a la sociedad española”.

Sánchez destacó la reciente aprobación del techo de gasto en el Consejo de Ministros, con un aumento del 8,5% que supera por primera vez los 210.000 millones de euros, lo que, según él, sentará las bases para unos presupuestos aún más expansivos y sociales.

Subrayó el crecimiento económico previsto para 2025, que sitúa a España a la cabeza de la Unión Europea, la reducción del déficit público y la deuda desde la pandemia, y la capacidad de diálogo y estabilidad que, a su juicio, garantiza su Ejecutivo.

Pero la intervención de Sánchez no se limitó a los datos económicos.

El presidente aprovechó para devolver las acusaciones de corrupción al Partido Popular, recordando los casos que afectan a este partido y asegurando que su Gobierno mantiene una “tolerancia cero frente a la corrupción”.

“Cero respuestas frente a la corrupción es lo que ustedes hacen cuando les afectan estos casos”, afirmó, en alusión a la gestión del PP en diferentes instituciones.

Feijóo, en su réplica, elevó el tono y acusó al Gobierno de gobernar “sin Parlamento”, de ocupar las instituciones y de dictar sentencias para protegerse en el poder.

El líder popular enumeró los últimos escándalos que afectan al entorno del PSOE, vinculando a Santos Cerdán, Coldo García y Leire Díaz con una trama organizada que, según la oposición, se gestó apenas seis días después de la moción de censura que llevó a Sánchez a la Moncloa y se expandió hacia Marruecos y empresas adjudicatarias.

“La cloaca es Ferraz y usted la ha llevado a la Moncloa”, sentenció Feijóo, asegurando que la moción de censura no fue contra la corrupción, sino para instalar la corrupción de su “cuadrilla”.

“No va a convertir a España en una cloaca”, concluyó, en uno de los momentos más tensos del debate.

La sesión continuó con la intervención de Esther Muñoz, diputada del PP, quien preguntó a la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, sobre las “mordidas” y el uso de tarjetas bancarias por parte de Santos Cerdán, pagadas por empresas adjudicatarias del Gobierno.

Muñoz acusó al Ejecutivo de insultar y difamar a los medios de comunicación que investigan la corrupción, señalando que la UCO identifica a Cerdán como la “clave de bóveda” de una organización criminal entre Ferraz, el PSOE y el Gobierno.

“Ustedes no vinieron aquí a luchar contra la corrupción, vinieron a instalar una trama organizada como forma de gobierno en España”, afirmó la diputada popular.

La respuesta de Montero fue contundente. La vicepresidenta reivindicó el modelo de país impulsado por el Gobierno, basado en el crecimiento económico, la redistribución de la riqueza, el incremento del salario mínimo y las pensiones, y el fortalecimiento de los servicios públicos.

Montero destacó las transferencias históricas a las comunidades autónomas y el aumento de las becas públicas, asegurando que el Ejecutivo trabaja para que el crecimiento llegue a la clase media y trabajadora, y para que los jóvenes tengan oportunidades de empleo y vivienda.

“En definitiva, un gobierno que está impulsando un crecimiento que llega a la clase media, a la clase trabajadora, que permite a los jóvenes tener oportunidades de empleo y de vivienda”, resumió.

La vicepresidenta también devolvió la acusación de corrupción al PP, instando a los populares a dar explicaciones por los casos de corrupción en la Diputación de Almería y criticando el “modus operandi” del partido en la gestión pública.

Montero recordó que el PP “habita en una sede pagada con dinero negro”, y que la corrupción en el partido de Feijóo es “sistémica”.

“Ustedes no desalojan la corrupción, la convierten en sistémica”, remató, contraponiendo el modelo socialista de protección a la clase media y trabajadora con el modelo del PP, basado en los desahucios, el rescate a la banca y la precarización laboral.

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La tensión aumentó cuando Muñoz acusó al Gobierno de reírse de la ciudadanía y de encubrir los escándalos de corrupción.

“Ustedes intentan hacernos creer que Sánchez no sabe nada de su gobierno, ni de su partido, ni de su casa.

Lo único que sabe es que en el año 87, cuando tenía 15 años, fue el mejor concierto de su vida, el de Guns and Roses.

Pero Guns and Roses no vino a España hasta el 93, miente hasta cuando se hace el moderno”, ironizó la diputada, calificando al presidente de “farsante” y acusando al PSOE de vivir “la vida padre con el dinero de los demás”.

El debate parlamentario, más allá de las cifras y los datos económicos, refleja la polarización política y la falta de confianza entre los principales partidos.

Mientras el Gobierno defiende sus resultados y acusa al PP de privatizar servicios públicos y empobrecer a la sociedad, la oposición insiste en la necesidad de regeneración democrática y denuncia la corrupción como forma de gobierno.

El futuro de la legislatura sigue marcado por la ausencia de presupuestos, la presión de los escándalos y la incertidumbre sobre la capacidad de las instituciones para responder a las demandas ciudadanas y recuperar la confianza pública.

El clima de confrontación se extiende también a la relación con los medios de comunicación, a los que tanto Gobierno como oposición acusan de parcialidad y manipulación.

El Ejecutivo, por su parte, insiste en que los avances en materia social y económica son innegables, y que la redistribución de la riqueza y la protección de los más vulnerables son el eje de su acción política.

La oposición, en cambio, denuncia la falta de transparencia, la opacidad en la gestión y la utilización de las instituciones para intereses partidistas.

En este contexto, la ciudadanía asiste con escepticismo a un espectáculo político que parece más centrado en el intercambio de acusaciones que en la búsqueda de soluciones a los problemas reales del país.

La falta de presupuestos, la precariedad laboral, la crisis de la vivienda y el deterioro de los servicios públicos siguen siendo las principales preocupaciones de los españoles, que reclaman respuestas claras y un compromiso real con la regeneración democrática y la transparencia institucional.

El Congreso de los Diputados, lejos de ser el espacio de diálogo y consenso que demanda la sociedad, se ha convertido en el escenario principal de una batalla política que amenaza con prolongarse durante lo que queda de legislatura.

La capacidad de los partidos para superar la crispación, recuperar la confianza ciudadana y ofrecer soluciones a los retos del país será clave para el futuro de la democracia española.

Mientras tanto, la sombra de la corrupción y la falta de presupuestos siguen marcando el pulso de una legislatura que avanza entre la incertidumbre y la desconfianza.