“Después de décadas de misterio, Marco Antonio Solís, ‘El Buki’, confiesa a los 64 años lo que su público siempre intuyó: el motivo oculto de su distancia con ciertos colegas, la pérdida que marcó su vida y el secreto espiritual que lo ha mantenido fiel a sí mismo, incluso en medio del éxito mundial.”
A lo largo de más de cinco décadas, Marco Antonio Solís ha sido una figura inmortal de la música latina. Con su voz única, su poesía romántica y su humildad inconfundible, el artista ha conquistado escenarios en todo el mundo. Pero detrás del ídolo, siempre hubo un hombre discreto, reflexivo… y silencioso sobre su pasado.
Ahora, a sus 64 años, el cantante michoacano decidió hablar.
Y sus palabras —llenas de emoción, nostalgia y sabiduría— revelan una verdad que todos sospechaban, pero que nadie había escuchado directamente de él.

I. El hombre detrás del mito
Marco Antonio Solís no solo es un artista, es una leyenda. Desde sus días con Los Bukis hasta su brillante carrera como solista, ha construido un legado que pocos pueden igualar.
Sin embargo, pese a su fama, siempre mantuvo una vida personal reservada.
En una entrevista reciente, el cantautor comenzó diciendo con voz pausada:
“Durante años me preguntaron por qué sigo tan tranquilo, por qué nunca me metí en escándalos, y la respuesta es sencilla: porque aprendí que la fama te puede dar todo… menos paz.”
Sus palabras marcaron el tono de una conversación que iría más allá de la música.
II. “Lo que callé por años”
El cantante confesó que, aunque su carrera parecía perfecta, hubo momentos en los que estuvo a punto de dejarlo todo.
“En mis primeros años como solista, sentí un vacío que no podía llenar. Tenía éxito, reconocimiento, giras… pero dentro de mí había algo que no estaba bien.”
Durante mucho tiempo, dice, cargó con la presión de ser un símbolo del amor, cuando en realidad atravesaba una profunda soledad personal.
“Es fácil escribir sobre el amor cuando lo tienes… pero cuando no lo tienes, escribir se vuelve una manera de buscarlo.”
Y así, confesó, nacieron muchas de sus canciones más icónicas.
Temas como ‘Si no te hubieras ido’, ‘Más que tu amigo’ o ‘Tu cárcel’ fueron, en sus palabras, “cartas que nunca envié”.
III. El secreto detrás de su inspiración
Por primera vez, Marco Antonio reveló algo que su público siempre había sospechado:
“Durante años, mi inspiración no vino de la felicidad… sino del dolor.”
El artista contó que la pérdida de una persona muy cercana —a quien consideraba su guía espiritual— marcó un antes y un después en su vida.
“Esa persona me enseñó a ver el arte no como una carrera, sino como un camino. Cuando se fue, sentí que mi brújula también desaparecía.”
Esa ausencia lo llevó a un proceso de introspección profunda.
Dejó de escribir por meses, hasta que una noche, frente al mar, escribió una frase que —según dice— le cambió la vida:
“No busques afuera lo que solo existe dentro.”
Desde entonces, comenzó una nueva etapa: la del Marco Antonio Solís espiritual, pausado, sabio y sereno que el público conoce hoy.
IV. La fama, el ego y el silencio
El “Buki” también habló con una honestidad brutal sobre los riesgos de la fama.
“El éxito puede ser un enemigo disfrazado. Cuando todos te dicen que eres el mejor, es fácil olvidar que eres humano.”
Asegura que muchos artistas se pierden tratando de sostener una imagen, y que él mismo estuvo a punto de caer en esa trampa.
“Hubo un tiempo en el que me sentía solo en medio de miles de personas. Y entendí que necesitaba volver a mis raíces, a mi familia, a la fe.”
Por eso, se alejó de los excesos, rechazó propuestas millonarias y se enfocó en lo que realmente lo hacía feliz: componer y vivir con sencillez.
V. La confesión que conmovió a todos
Pero lo que más impactó fue cuando admitió, con voz entrecortada, lo que más temía decir:
“Durante años tuve miedo de no ser suficiente. Miedo de decepcionar al público, de no alcanzar las expectativas. Pero aprendí que el arte no es competencia. Es servicio.”
Esa frase provocó lágrimas entre los presentes.
“Mi propósito ya no es ser el mejor cantante. Es dejar algo bueno en cada canción. Si una sola persona encuentra consuelo en mi música, eso ya vale más que cualquier premio.”
VI. La promesa que cambió su destino
Marco Antonio confesó que, tras superar una etapa difícil, hizo una promesa personal:
“Prometí que nunca más cantaría por compromiso. Cada escenario que pise será un altar, no un negocio.”
Desde entonces, su forma de ver la vida cambió por completo.
Incorporó la meditación, la oración y la gratitud diaria en su rutina.
“No canto para ser escuchado. Canto para conectar con algo más grande que yo.”
VII. Epílogo: El legado del “Buki”
Hoy, a sus 64 años, Marco Antonio Solís sigue llenando estadios, pero con otra mirada: la de quien ya entendió que la verdadera grandeza no está en los aplausos, sino en la paz interior.
Su confesión no fue un escándalo ni un anuncio de retiro, sino un acto de verdad.
“He sido un hombre afortunado. Pero más que todo, he sido un aprendiz. Y sigo aprendiendo.”
Entre risas, cerró la entrevista con una frase que resumió toda su filosofía de vida:
“El público piensa que mis canciones me hicieron famoso. Pero en realidad, mis canciones me salvaron.”
Y quizá esa sea la lección más profunda del “Buki”:
que la música no solo cura al que la escucha…
también sana al que la canta.
