A los 95 años, Robert Wagner finalmente confirma los rumores sobre la muerte de Natalie Wood.

El 28 de noviembre de 1981, la brillante estrella de Hollywood, Natalie Wood, fue encontrada muerta en circunstancias misteriosas que cambiarían para siempre la historia de la industria del cine. Su cuerpo flotaba en el océano cerca de la isla de Catalina, vestida con una bata de noche y una chaqueta roja, a solo unas horas de haber disfrutado de una tranquila velada a bordo de su yate, el Splendor. Lo que comenzó como una escapatoria romántica para ella y su esposo, el actor Robert Wagner, se transformó en una tragedia que persigue a la familia y a Hollywood por más de cuatro décadas.

La noticia de la muerte de Wood dejó al mundo estupefacto. Aunque el informe oficial concluyó que se trataba de un ahogamiento accidental, rápidamente comenzaron a circular rumores sobre una pelea, celos y traiciones entre los presentes esa noche: Robert Wagner, su esposo, Christopher Walken, su compañero de reparto en Brainstorm, y Dennis Davern, el capitán del yate. Nadie estaba seguro de qué había sucedido realmente esa noche, pero todos parecían coincidir en que algo más oscuro había tenido lugar.

Desde el principio, el caso estaba envuelto en misterio. Si bien el informe de la autopsia indicaba que Natalie tenía alcohol en su sistema y que su caída al mar podría haber sido accidental, surgieron demasiadas preguntas. ¿Por qué nadie escuchó su grito de auxilio? ¿Por qué tardaron tanto en pedir ayuda? Y lo más desconcertante: ¿cómo es posible que una mujer con un miedo profundo al agua terminara sola en la cubierta esa noche?

Para muchos, la respuesta estaba enterrada en el silencio y la falta de testigos dispuestos a hablar. Durante años, Robert Wagner mantuvo su versión de los hechos, insistiendo en que la muerte de Natalie había sido un trágico accidente, una caída desafortunada mientras intentaba asegurar el bote inflable del yate. Sin embargo, con el paso del tiempo, los detalles que surgieron y las nuevas declaraciones de testigos reabrieron la herida. ¿Había algo más detrás de ese trágico accidente?

El caso fue reabierto, pero incluso las nuevas investigaciones no lograron aportar claridad. Los detalles seguían siendo confusos y contradictorios. A medida que pasaban los años, las especulaciones se intensificaron, pero las respuestas nunca llegaron.

Robert Wagner, que había sido una de las figuras más admiradas de Hollywood en su juventud, vivió con la sombra de esa noche oscura. Cada vez que se mencionaba el nombre de Natalie, los recuerdos de la tragedia volvían a atormentarlo. Si bien su carrera continuó, el dolor y la culpabilidad parecían seguirlo a donde fuera. Aunque nunca fue acusado de asesinato, la gente no dejaba de preguntarse: ¿realmente fue un accidente o había algo más? Los rumores de celos, de un enfrentamiento con Walken y las tensiones de pareja nunca dejaron de circular.

En 2011, cuando el capitán del yate, Dennis Davern, cambió su testimonio, afirmando que había mentido debido a la influencia de Wagner, las sospechas sobre el actor se intensificaron. Davern dijo que había escuchado una discusión violenta entre Wagner y Natalie antes de que ella desapareciera. Este giro en los eventos volvió a poner a Wagner bajo la lupa de la opinión pública, aunque aún no existía evidencia concreta que lo vinculara directamente con la muerte de su esposa.

Para los fans y amigos cercanos de la pareja, la tragedia de Natalie Wood nunca fue solo un accidente. Algunos creían que la tensión entre Wagner y Walken había sido más intensa de lo que parecía, y que la pelea esa noche había tenido consecuencias fatales. Otros, como Jill St. John, esposa posterior de Wagner, defendieron a Robert, mientras que los amigos de Natalie se mostraron más escépticos. La muerte de Wood se convirtió en uno de los mayores misterios no resueltos de Hollywood.

La historia de Natalie, una de las estrellas más queridas del cine, se veía empañada por la tragedia. A pesar de la belleza de sus películas y la alegría que transmitía en pantalla, en su vida personal llevaba consigo un miedo irracional al agua, una pesadilla que se convertiría en la realidad más cruel. Su carrera fue impresionante, desde West Side Story hasta Rebelde sin causa, pero su vida, marcada por el brillo y las sombras, tuvo un final abrupto y trágico que nadie en Hollywood pudo olvidar.

Cuando Robert Wagner cumplió 95 años, y después de años de especulaciones, decidió finalmente hablar con la prensa. Ya no era el joven galán de Hollywood, sino un hombre mayor que había cargado con el dolor y la culpa de una tragedia que jamás pudo aclararse. En su autobiografía, Pieces of My Heart, Wagner se sinceró y confesó que nunca dejó de preguntarse si había hecho algo mal esa noche. “Nunca sabré lo que realmente pasó”, dijo. “Lo que sé es que perdí a la mujer que amaba más que nada en este mundo, y eso me ha perseguido cada día desde entonces”.

Aunque Wagner nunca aceptó ser culpable de la muerte de Natalie, las palabras de su hija, Natasha Gregson Wagner, quien defendió públicamente a su padre, son las que finalmente nos dan un atisbo de consuelo. “Mi padre la amaba profundamente”, dijo Natasha. “Lo que sucedió esa noche no fue asesinato. Fue una tragedia”.

A lo largo de los años, los misterios detrás de la muerte de Natalie Wood nunca desaparecieron. La falta de evidencia concluyente y los testimonios contradictorios dejaron el caso sin resolver, convirtiéndolo en una parte imborrable de la historia de Hollywood. Para muchos, la historia no era solo una cuestión de hechos y pruebas, sino una lección sobre los complicados matices del amor, el arrepentimiento y la incapacidad de deshacerse de las sombras del pasado.

La muerte de Natalie Wood, el amor que compartió con Robert Wagner, y las preguntas que siempre quedarán sin respuesta, son ahora un recordatorio de cómo la fama puede ser tan frágil como la vida misma. El legado de Wagner, lejos de estar marcado por la culpa o la inocencia, es el de un hombre que amó profundamente, sufrió enormemente, y nunca pudo escapar de los fantasmas del pasado.

Al final, tanto Robert Wagner como Natalie Wood quedarán marcados para siempre por su amor, su pérdida y un misterio que la oscuridad del mar parece haber devorado, dejando solo ecos de una historia que nunca se resolverá por completo.