La llamada de un pequeño al 112 terminó abruptamente: “Mi mamá y papá están…” antes de que una voz ordenara: “¡Dame ese teléfono!”. Alarmados, los agentes acudieron al domicilio. Lo que descubrieron tras la puerta del dormitorio transformó un aviso rutinario en un caso aterrador e imposible de olvidar.
La llamada de un pequeño al 112 terminó abruptamente: “Mi mamá y papá están…” antes de que una voz ordenara: “¡Dame ese teléfono!”. Alarmados, los agentes acudieron al domicilio. Lo …
La llamada de un pequeño al 112 terminó abruptamente: “Mi mamá y papá están…” antes de que una voz ordenara: “¡Dame ese teléfono!”. Alarmados, los agentes acudieron al domicilio. Lo que descubrieron tras la puerta del dormitorio transformó un aviso rutinario en un caso aterrador e imposible de olvidar. Read More