Romina Mircoli: Entre el Dolor, la Traición y el Escándalo Mediático
En una entrevista sin precedentes, Angélica Palacios, conductora del programa “Suéltalo”, se adentra en la tormentosa vida de Romina Mircoli, hija de la legendaria cantante Dulce, tras su fallecimiento. La conversación, lejos de ser un mero recuento de hechos, se convierte en un campo minado de acusaciones, defensas y revelaciones que sacuden los cimientos de la memoria de Dulce y la relación con su hija.
La Muerte de Dulce y las Acusaciones Escalofriantes
La muerte de Dulce, acaecida el 25 de diciembre, desató una ola de especulaciones y acusaciones que señalaban a Romina como responsable, incluso sugiriendo que tuvo algo que ver con el deceso de su madre. Romina niega categóricamente estas acusaciones, calificándolas de “acto absoluto y asqueroso de cobardía”, perpetrado por personas que esperaron a que su madre estuviera en la morgue para atacarla. Señala directamente a Francisco Cantú y Ofelia Cano como los principales instigadores de esta campaña de desprestigio.
Romina argumenta que si su madre hubiera fallecido en casa, ella ya estaría en la cárcel, pues la policía habría investigado a fondo las causas de la muerte. Sin embargo, Dulce murió en el Hospital Ángeles Pedregal, una institución con cámaras de seguridad y personal médico que habría detectado cualquier irregularidad. Además, cuenta con el testimonio de enfermeras y personal del hospital que la vieron convivir con su madre durante su estancia.
La Última Voluntad y la Incineración Inmediata
Otro punto controvertido fue la rápida incineración del cuerpo de Dulce. Romina explica que esto fue en cumplimiento de la última voluntad de su madre, quien le había pedido expresamente que no dejara que nadie la viera después de su muerte. Dulce, consciente de su deteriorado estado de salud a causa del cáncer, deseaba ser incinerada y sus cenizas llevadas a la Basílica de Guadalupe. Posteriormente, las cenizas fueron trasladadas a Texas para ser enterradas junto a su abuela, cumpliendo así el último deseo de la cantante.
La decisión de incinerar a Dulce generó críticas y especulaciones, pero Romina defiende que actuó en base a los deseos de su madre, expresados tanto en vida como en sus últimos momentos. La elección de incinerar, en lugar de un funeral tradicional, refleja la personalidad de Dulce, una mujer que siempre fue frontal y que no le gustaba que la vieran vulnerable.
Conflictos Familiares y el Audio Revelador
La entrevista se adentra en los conflictos familiares que marcaron la relación entre Romina y Dulce. Un audio filtrado, en el que Romina amenaza a Francisco Cantú y a su propia madre, desató una tormenta mediática. En el audio, Romina expresa su desesperación y enojo por la relación de su madre con Cantú, a quien considera un oportunista que solo busca aprovecharse de ella. En un momento de ira, Romina incluso menciona la posibilidad de acusar a Cantú de haber abusado de su hijo, algo que ella misma reconoce como una amenaza vacía y producto del calor del momento.
Romina justifica sus palabras argumentando que tanto ella como su esposo estaban siendo amenazados y amedrentados por su madre y Cantú. Afirma que su intención era asustarlos y hacerles ver que ella también podía jugar sucio. Sin embargo, reconoce que sus palabras fueron inapropiadas y que nunca debió haber involucrado a su hijo en la discusión. Este audio, según Romina, fue grabado y filtrado por Ofelia Cano, quien se hacía pasar por amiga y mediadora, pero en realidad estaba guardando pruebas para perjudicarla.
Ofelia Cano y Francisco Cantú: Los Villanos de la Historia
A lo largo de la entrevista, Romina señala a Ofelia Cano y Francisco Cantú como los principales responsables de su sufrimiento. Acusa a Cano de filtrar audios y mensajes privados, y a Cantú de manipular a su madre y de querer aprovecharse de su fama y fortuna. Romina describe a Cantú como un hombre vengativo y ambicioso, dispuesto a todo con tal de obtener los derechos del nombre e imagen de Dulce. Según Romina, Cantú incluso ha amenazado con demandarla para sacarle los derechos y poder realizar una bioserie y otros proyectos lucrativos. La motivación de Cantú, según Romina, es la ambición desmedida y el deseo de sacar provecho económico de la memoria de su madre.
La entrevista culmina con un llamado a la tolerancia y a la comprensión. Romina pide a la gente que no se deje llevar por las tendencias mediáticas y que forme su propio criterio. Reconoce que ha cometido errores y que ha dicho cosas que no debió haber dicho, pero insiste en que siempre ha actuado en defensa propia y en defensa de su familia. A pesar de todo el dolor y la controversia, Romina se muestra decidida a seguir adelante y a honrar la memoria de su madre, dejando atrás los conflictos y las acusaciones.
