¡Lili Estefan ya no guarda silencio!

Después de tantos años, el fin de su matrimonio de casi 30 años parece haber quedado en el pasado para Lili Estefan.

La copresentadora de El gordo y la flaca está viviendo un gran momento en su carrera, brillando más que nunca frente a las cámaras.

Recientemente, celebró un logro importante al recibir su estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood. Sin embargo, pocos conocen el proceso de sanación que atravesó para superar el dolor de su separación.


Como madre de Lina y Lorenzo, Lili ha sabido salir adelante tras su divorcio de Lorenzo Luaces, con quien compartió casi tres décadas de vida.

«Cuando la vida te golpea tan fuerte y de repente todo cambia—algo que jamás imaginaste porque construiste tu mundo en torno a tu familia y tu esposo—es como vivir un duelo», confesó.

Adaptarse a esta nueva realidad no fue sencillo, pero con el tiempo encontró la manera de reconstruirse.

¿Ha vuelto a enamorarse? «He salido, me he divertido y he disfrutado momentos especiales, pero siempre con calma y prudencia», admite.

Reconoce que no es fácil combinar dos familias distintas y, además, su vida como figura pública añade otra capa de complejidad. «A veces quiero, pero a la vez no.

Me he acostumbrado tanto a mi espacio, a mi independencia, que no siento la necesidad de tener a alguien a mi lado.

No me falta compañía, he conocido personas maravillosas, pero aún no puedo decir que ha llegado la persona indicada».


Aunque no se cierra al amor, Lili tiene claro qué busca en una pareja. «Mis amigas me han hecho una lista larguísima», bromea.

«Debe hacerme reír, divertirnos juntos, tener buenos valores y metas similares. Ojalá tenga hijos y sea cariñoso, pero sin intentar cambiarme ni limitarme».

Aunque no está activamente buscando pareja, cree que el amor llegará en su momento.

«No soy de salir a eventos todo el tiempo, disfruto estar en casa los fines de semana», confiesa. «Cuando tenga que llegar, llegará.

Lina aún vive conmigo, pero pronto tendré más tiempo para compartir con alguien especial», dice entre risas. «¡Los hombres requieren mucha atención, Dios mío!».