Margaret Nyamumbo dejó Wall Street para vender café. Su empresa, Kahawa 1893, generó más de US$3.000.000, empoderando a agricultoras africanas.
Un viaje desde Kenia a Wall Street
Nyamumbo creció en una granja de café en Kenia, donde la cultura del té predominaba debido a su herencia colonial y el alto costo del café. No fue hasta que se mudó a Estados Unidos para estudiar en Smith College que probó su primera taza de café, una experiencia que cambiaría su vida.
“Me sentí como si tuviera que encajar”, recuerda Nyamumbo sobre su decisión de pedir café durante su primer vuelo a Estados Unidos. Con el tiempo, su aprecio por esta bebida creció, así como su interés en la cultura que la rodea. En 2018, decidió fundar Kahawa 1893, un nombre que combina la palabra swahili para café y el año en que comenzó el cultivo comercial de café en Kenia.
Una misión de empoderamiento
La misión de Kahawa 1893 es empoderar a las agricultoras. Nyamumbo ha enfocado su negocio en establecer una cadena de suministro ética, obteniendo sus granos de Kenia, Ruanda, Tanzania y la República Democrática del Congo. Cada paquete de café lleva un código QR que permite a los consumidores dar propinas a las agricultoras, quienes, según Nyamumbo, realizan el 90% del trabajo en la industria del café, pero poseen muy poca tierra. Hasta la fecha, Kahawa ha recaudado un total de US$90.000, beneficiando a alrededor de quinientas agricultoras africanas.
“Las mujeres que cultivan el café son las que lo hacen posible, pero están luchando para sobrevivir”, afirma Nyamumbo. “Mi objetivo es darles voz y ayudar a que sus historias se cuenten”.
De proyecto secundario a un negocio próspero
El negocio de Kahawa comenzó como un proyecto secundario, pero en 2018, Nyamumbo solicitó un año de permiso para dedicarse por completo a su nueva empresa. “No quería llegar a los 60 años y arrepentirme de no haberlo intentado”, dice.
Tras superar varios desafíos, la marca ganó visibilidad tras su aparición en “Shark Tank” en 2023, donde recibió una inversión de trescientos cincuenta mil dólares a cambio del 8% de la empresa. “Fue un momento increíble para mí”, relata Nyamumbo. “Finalmente, se reconoció la importancia de la misión de mi empresa”. Con el apoyo de la famosa inversora Emma Grede, Kahawa comenzó a vender sus productos en Trader Joe’s, convirtiéndose en la primera marca de café de propiedad negra y femenina en las estanterías de la cadena.
Un futuro brillante
Kahawa también ha establecido una colaboración con Keurig, lo que permitirá que su café llegue a más de cuarenta millones de hogares en EE.UU. “Esto es solo el comienzo”, asegura Nyamumbo. “Quiero que la gente sepa que hay un trasfondo humano detrás de cada taza de café”.
Nyamumbo se propone continuar empoderando a las agricultoras y compartir las ganancias del comercio del café con las comunidades productoras. “Menos del 5% del valor del café se queda en las comunidades agrícolas. Queremos cambiar eso”, concluye Nyamumbo en diálogo con CNBC.