Cash Luna, un pastor cuya figura ha sido objeto de controversia y también de prosperidad, se ha convertido en el centro de una serie de investigaciones y rumores que lo vinculan con el lavado de dinero, el narcotráfico y posibles conexiones con políticos corruptos. Recientemente, aceptó la invitación del gobierno de Daniel Ortega en Nicaragua, lo que generó una ola de críticas hacia él. A los 62 años, este hombre, apodado “El Magnate de Dios”, parece finalmente estar reconociendo algunas de las verdades que muchos han sospechado durante años.
Carlos Enrique Luna, quien se hace llamar Cash Luna, nació el 4 de marzo de 1962 en la ciudad de Guatemala. Su apodo, que en inglés significa dinero, ha sido parte de su vida desde su niñez debido a dificultades para pronunciar su propio nombre, lo que le llevó a adoptar el nombre Cash, que curiosamente ha reflejado su estilo de vida, contrastando con la realidad económica de gran parte de su país. A los 30 años, en 1992, Cash Luna obtuvo un título en administración de sistemas de información en la Universidad Francisco Marroquín. En ese entonces ya estaba casado, tenía dos hijos y esperaba el tercero.
En 1994, junto a su esposa Sonia Luna, fundó Casa de Dios, hoy una de las iglesias más grandes de América Latina. La iglesia comenzó humildemente en un salón de hotel en la ciudad de Guatemala. Con el tiempo, su congregación creció, mudándose en 1995 al auditorio principal de la Cámara de Industria de Guatemala y luego a un espacio conocido como “la bodeguita”, que podía albergar hasta 550 personas.
A medida que Casa de Dios expandía sus filas, se construyeron nuevos y masivos templos. En 2008, la iglesia experimentó una ampliación para albergar hasta 11,000 asistentes. No obstante, el mayor logro de Cash Luna llegó en 2013, cuando inauguró un gigantesco templo, considerado uno de los más grandes del mundo, con una extensión de 270,000 metros cuadrados. Casa de Dios cuenta con 12,000 asientos, estacionamiento para 3,300 vehículos y 40 autobuses, además de seis manzanas de áreas verdes.
Este enorme complejo ha sido un tema de debate debido a sus costos, generando preguntas sobre la transparencia de su financiación. Luna ha afirmado que este enorme proyecto de 45 millones de dólares fue financiado completamente con las donaciones voluntarias de su congregación. Sin embargo, su estilo de vida lujoso, que incluye un jet privado, mansiones y otros bienes costosos, ha generado críticas.
En 2014, adquirió un jet privado Cessna Citation a través de una compañía registrada en Delaware, lo que permitió que la compra se mantuviera fuera del escrutinio público. A pesar de que Luna afirma que el jet no es de su propiedad personal sino un activo de la iglesia, sus detractores cuestionan la ética detrás de estas adquisiciones.
Además de su estilo de vida, Cash Luna ha enfrentado graves acusaciones relacionadas con su iglesia. En 2018, la Fiscalía de Guatemala inició una investigación sobre sus transacciones financieras a raíz de un reportaje de Univisión titulado “Magnates de Dios”, que sugirió que Casa de Dios podría haber sido financiada en parte con dinero del narcotráfico. En el centro de las acusaciones se encontraba Marlon Dadiana Chacón Rosel, conocida como “La Reina del Sur”, una narcotraficante guatemalteca condenada en Estados Unidos por lavado de dinero y narcotráfico. Según un informante encubierto de la DEA, Luna habría mantenido una relación cercana con Chacón, actuando como su asesor y estando al tanto de sus actividades ilegales.
A pesar de estas investigaciones, el pastor Luna ha mantenido su postura defensiva, demandando a Univisión por difundir información falsa. Sin embargo, el caso fue desestimado por un juez en Florida, quien consideró que no se presentaron pruebas suficientes que demostraran la culpabilidad de los periodistas. En Guatemala, en 2023, la Corte Constitucional bloqueó la investigación en su contra, aceptando un recurso interpuesto por la iglesia y deteniendo los procedimientos judiciales.
Luna también ha sido criticado por sus relaciones con figuras políticas. En 2013, durante la inauguración de Casa de Dios, estuvo presente el expresidente guatemalteco Otto Pérez Molina, quien en ese entonces elogió a Luna. Sin embargo, investigaciones posteriores revelaron que algunos de los fondos destinados a la iglesia, como los 56,000 dólares usados para una bandera, provenían de fuentes ilícitas. Pérez Molina y otros políticos asociados a este caso fueron condenados por corrupción, lo que ha levantado dudas sobre los vínculos de Luna con la política corrupta.
Además de sus negocios eclesiásticos, Casa de Dios ha participado activamente en la esfera política de Guatemala, promoviendo la participación en elecciones y colaborando con las autoridades electorales. Luna también ha incentivado a sus seguidores a ser “ciudadanos responsables” y participar en la política, lo que ha consolidado aún más su influencia en el país.
Cash Luna ha acumulado una gran cantidad de seguidores devotos a través de su estilo carismático y su presencia en plataformas digitales. Su canal de YouTube cuenta con más de 1,1 millones de suscriptores, y su iglesia ha sido reconocida por su uso de canales digitales, lo que le ha permitido conectar con una audiencia global. Además, organiza conferencias y eventos internacionales, donde se han cobrado tarifas de entrada y se han establecido diferentes niveles de acceso para sus seguidores.
No obstante, su enfoque de poner un valor monetario a los eventos de predicación ha sido criticado por figuras dentro de la comunidad cristiana, como el pastor David Diamond, quien ha acusado a Luna de cobrar sumas exorbitantes por sus servicios. Este tipo de prácticas ha llevado a que Luna sea catalogado como un “apóstata” o incluso un “falso pastor” por sus detractores, quienes cuestionan la autenticidad de sus enseñanzas y su enfoque comercial de la fe.
Cash Luna sigue siendo una figura polarizante, admirado por muchos y criticado por otros, pero su impacto en la religión evangélica y en la política de Guatemala es indiscutible. Con una iglesia que sigue creciendo y una audiencia que lo sigue globalmente, su influencia parece continuar expandiéndose, tanto a nivel espiritual como económico. Sin embargo, las controversias que lo rodean, especialmente sobre la gestión financiera de Casa de Dios, seguirán siendo tema de debate en los años venideros.