En el mundo del espectáculo mexicano, pocas historias son tan oscuras y trágicas como la de Anaberta Lepe, una mujer cuya vida estuvo marcada por el éxito fulgurante y una tragedia indescriptible. Nacida el 12 de septiembre de 1933 en Tecolotlán, Jalisco, Anaberta se convirtió en una figura clave durante la época dorada del cine mexicano, y alcanzó un renombre internacional que pocos artistas mexicanos lograron en su tiempo. Fue la primera mexicana en destacarse en certámenes internacionales, convirtiéndose en Miss México y participando en el certamen de Miss Universo en 1954, donde alcanzó el cuarto lugar. Su victoria la catapultó a la fama y la llevó a una carrera en la televisión y el cine.
Su participación en más de 80 producciones durante finales de los años 50 y principios de los 60 la consolidó como una de las figuras más relevantes de la industria del entretenimiento de la época. Sin embargo, la historia de Anaberta no se define únicamente por su éxito profesional y su belleza. Su vida personal estuvo marcada por una tragedia que la despojó de su carrera y la sumergió en un mar de dolor.
La tragedia comenzó a gestarse a principios de los años 60, cuando Anaberta se comprometió con Agustín de Anda, un actor que también pertenecía a una familia influyente en el mundo del cine. Agustín, conocido por su presencia en pantalla y su talento, estaba profundamente enamorado de Anaberta, y los dos habían comenzado a planear su boda. Sin embargo, el padre de Anaberta, Guillermo Lepe Ruiz, quien también era su manager, desaprobaba rotundamente esta relación. Guillermo, un hombre con un carácter fuerte y una vida marcada por la ostentación, vivía a costa del éxito de su hija, presionándola para que trabajara más de lo necesario, incluso durante largas jornadas nocturnas en el cabaret La Fuente, en la Ciudad de México.
Guillermo Lepe, además de ser su manager, ejercía un control absoluto sobre la vida de Anaberta, una situación que él justificaba como una forma de proteger su carrera y su futuro. Sin embargo, su ambición por un futuro más lucrativo llevó a un conflicto irreconciliable con Agustín de Anda. Durante este tiempo, Guillermo se encontraba en negociaciones con un empresario indonesio llamado Sukarno, quien se interesó por Anaberta y la invitó a Acapulco para organizar un festival internacional de cine en su honor. Guillermo vio en esta invitación una oportunidad de oro, pero para que este acuerdo prosperara, necesitaba que Agustín de Anda, su yerno potencial, aceptara su relación con Anaberta.
El 29 de mayo de 1960, tras asistir al funeral del actor Ramón Gay, Anaberta y Agustín se dirigieron al cabaret La Fuente, donde ella tenía programado su show nocturno. En el lugar, Guillermo Lepe ya se encontraba sentado en una mesa, y la tensión entre él y Agustín estaba a punto de explotar. La disputa giraba en torno al futuro de Anaberta, quien deseaba casarse con Agustín y abandonar la vida de espectáculo que su padre insistía en que continuara. Agustín, por su parte, quería alejarla de la industria y formar una familia juntos. Las discusiones entre los hombres se hicieron cada vez más intensas.
De acuerdo con varios testigos, la discusión entre Guillermo Lepe y Agustín de Anda se tornó violenta cuando Agustín le dijo a Guillermo que si no sacaba a Anaberta del mundo del espectáculo, cancelaría la boda. Guillermo, quien se sentía amenazado por los planes de su hija y temía perder el control de su carrera, reaccionó de manera explosiva. En un momento de furia, Guillermo Lepe disparó dos balas contra Agustín de Anda, quien cayó herido en el estacionamiento del cabaret.
El actor fue trasladado de urgencia al hospital, pero a las 3:35 de la mañana del 29 de mayo de 1960, falleció debido a las heridas. Mientras tanto, Guillermo Lepe fue arrestado por la policía, pero en todo momento insistió en que había actuado en legítima defensa, ya que pensó que Agustín podría haber alcanzado un arma. Sin embargo, otros testigos, como el jefe de camareros del cabaret, afirmaron que Agustín no había hecho tal movimiento.
La noticia de la tragedia se extendió rápidamente por la prensa, y Anaberta, que continuó su actuación en el escenario sin saber lo que había sucedido, se vio sumida en un profundo dolor. En los días que siguieron, las especulaciones sobre los motivos detrás del asesinato de Agustín no cesaron. Algunos afirmaron que la muerte había sido producto de una ira descontrolada de Guillermo, mientras que otros sugirieron que el padre de Anaberta había actuado para proteger el “honor” de su hija.
Tras su arresto, Guillermo Lepe se presentó como un hombre dispuesto a asumir la responsabilidad de sus actos, pero su versión de los hechos no convenció a todos. Mientras tanto, Anaberta se encontraba en una situación emocionalmente devastadora. Por un lado, su amor por Agustín había sido sincero, pero por otro, la figura de su padre siempre había tenido un peso fundamental en su vida. Tras la muerte de Agustín, la vida de Anaberta dio un giro inesperado, y su carrera en el cine y la televisión comenzó a desmoronarse.
Guillermo Lepe fue procesado y llevado a la prisión preventiva, donde pasó varios días en reclusión. Durante ese tiempo, se convirtió en una figura muy comentada por la prensa, que lo veía como el responsable de una de las tragedias más conmocionantes del cine mexicano. La tragedia no solo destruyó la vida de Anaberta y la de Agustín, sino que también marcó el fin de una época dorada para la familia Lepe.
El caso dejó una huella imborrable en la sociedad mexicana, que nunca pudo entender del todo los motivos detrás del asesinato de Agustín de Anda. Sin embargo, lo que quedó claro es que la ambición, los celos y el control absoluto de Guillermo Lepe sobre la vida de su hija llevaron a un desenlace fatal que no solo truncó una carrera prometedora, sino que destruyó vidas irremediablemente. Anaberta Lepe, quien había sido una de las figuras más brillantes del cine mexicano, pasó a ser una leyenda trágica, cuya historia continúa siendo contada como una de las más oscuras del espectáculo mexicano.