Paris Jackson, hija del legendario Michael Jackson, ha confirmado algo que muchos ya intuíamos: la profunda influencia que su padre ha tenido en su vida personal y profesional. A medida que avanza en su carrera musical, Paris sigue compartiendo anécdotas y lecciones que aprendió de su padre, quien no solo fue una estrella mundial, sino también un padre dedicado.
En una reciente entrevista, Paris habló sobre la estrecha relación que tenía con su padre y reveló detalles conmovedores, como el brazalete de jade que Michael llevaba al momento de su muerte y que Paris ha conservado como un tributo. Este pequeño accesorio, cargado de valor sentimental, simboliza el profundo vínculo entre ambos, el cual, según Paris, va más allá del mundo físico. La joven afirmó que Michael sigue presente en sus sueños, recordándole su eterna influencia.
Uno de los aspectos más destacados que Paris comparte es cómo Michael Jackson, a pesar de su fama y riqueza, siempre se aseguró de que sus hijos crecieran con humildad y valores sólidos. La educación fue una prioridad en la familia Jackson, y Paris recuerda con cariño las enseñanzas de su padre, quien no endulzaba la realidad y siempre le mostró la verdad, incluso sobre temas difíciles como la historia.
La influencia de Michael también ha permeado el arte de Paris. La joven artista ha confesado que, aunque no lo haga conscientemente, siente que su padre está presente en todo lo que crea. Su primer álbum, Wilted, refleja esta conexión artística, algo que ella considera natural, habiendo crecido en un entorno tan lleno de creatividad.
Además, Paris ha heredado no solo el talento artístico de su padre, sino también su ética de trabajo. En varias entrevistas, ha destacado la importancia que Michael le daba al esfuerzo y la dedicación, valores que Paris ha integrado en su propia carrera musical. Aunque reconoce el gran legado que lleva a cuestas, Paris está decidida a forjar su propio camino y ganarse su lugar en la industria por méritos propios.
Finalmente, la relación de Paris con su padre se refleja en los múltiples tatuajes que lleva en su honor. Con más de 80 tatuajes en su cuerpo, nueve de ellos están dedicados a Michael, cada uno cargado de significado personal, como la frase “Ella es la reina de mi corazón”, extraída de una carta escrita por su padre.
A pesar de las críticas y las dudas de algunos sobre su identidad y herencia, Paris ha dejado claro que está orgullosa de ser afrodescendiente, una enseñanza que también provino de su padre, quien le inculcó el amor por sus raíces. Este legado cultural y emocional sigue guiando a Paris en su vida personal y profesional, mientras continúa abriéndose camino en el mundo de la música, fiel a los principios que Michael Jackson le inculcó desde niña.
Así, Paris Jackson no solo confirma lo que ya sabíamos: su profundo amor por su padre y su deseo de mantener vivo su legado, sino también su firme determinación de seguir adelante, construyendo su propio legado, con la misma pasión y dedicación que caracterizó a Michael.