Silvia Intxaurrondo da la bienvenida al hijo de Xabier Fortes y aprovecha para mandarle un mensaje.
La publicación lleva ya más de 2.000 ‘me gusta’ y subiendo…
Silvia Intxaurrondo y el hijo de Xabier Fortes: Cuando la polémica familiar sacude el periodismo español.
En la era de las redes sociales, donde cada gesto público se amplifica y cada palabra puede convertirse en tendencia, la bienvenida de Silvia Intxaurrondo al joven Daniel Fortes, hijo del conocido periodista de RTVE Xabier Fortes, ha desatado una conversación que va mucho más allá de la mera felicitación profesional.
Lo que podría haber sido un simple mensaje de apoyo se ha transformado en el epicentro de un debate sobre nepotismo, meritocracia y la exposición mediática de las familias de los comunicadores en España.
La historia comienza con una serie de acusaciones dirigidas contra Daniel Fortes, quien recientemente ha iniciado su andadura profesional en el Canal 24 horas.
Figuras como Carmen Sastre y Miguel Ángel Idígoras han puesto en duda la legitimidad de su acceso al canal, sugiriendo que su apellido ha sido llave para abrir puertas que, según ellos, permanecen cerradas para otros jóvenes periodistas.
La polémica, lejos de ser anecdótica, ha tocado fibras sensibles en el mundo de la comunicación y ha puesto de manifiesto las tensiones latentes en RTVE y en el sector periodístico nacional.

Xabier Fortes, periodista de larga trayectoria y voz reconocida en la cadena pública, no ha tardado en salir al paso de las críticas. Su defensa, articulada desde la red social X (antes Twitter), ha sido tan directa como emotiva.
“Mi hijo, como cientos de alumnos que acaban sus estudios de periodismo (en su caso en la Complutense) ha hecho sus prácticas no remuneradas en verano y luego optó a un contrato de formación de un año”, explicaba Fortes, subrayando que Daniel ha seguido los pasos habituales de cualquier joven aspirante a periodista.
Pero la polémica no se ha detenido ahí. Fortes ha señalado directamente la campaña de desprestigio, iniciada por una exdirectiva de TVE, que lo acusa de haber contratado a su hijo y amañado unas oposiciones para garantizarle un puesto fijo.
“Es tan burdo de mi…”, lamentaba el periodista, evidenciando el dolor y la indignación que generan estas acusaciones, especialmente cuando se dirigen no solo a su profesionalidad, sino también a su familia.
Este episodio pone de relieve la vulnerabilidad de los periodistas ante las campañas de descrédito que, en muchas ocasiones, se alimentan de rumores y medias verdades.
El apellido Fortes, lejos de ser solo un nombre propio, se convierte en un símbolo de las luchas internas de RTVE y del debate sobre la transparencia y la meritocracia en los medios públicos.
En medio de la tormenta, la intervención de Silvia Intxaurrondo ha sido recibida como un soplo de aire fresco.
La periodista, también de la cadena pública, ha respondido al mensaje de Fortes con una mezcla de empatía y reivindicación profesional que ha calado hondo entre sus seguidores.
“Pues yo aprovecho para dar la bienvenida a un joven periodista a este oficio maravilloso.
Le deseo una carrera exitosa como la de su padre”, escribía Intxaurrondo, en un gesto que no solo reconoce el mérito de Daniel, sino que también reivindica el valor del periodismo como vocación y como espacio de crecimiento personal.
La publicación, que ya acumula más de 63.000 reproducciones, 2.000 retuits y 330 comentarios, se ha convertido en un fenómeno viral que trasciende el ámbito profesional para instalarse en el debate público.
El apoyo de Intxaurrondo, lejos de ser un simple mensaje de cortesía, es una declaración de principios sobre el derecho de los jóvenes a acceder a la profesión sin ser estigmatizados por su origen familiar.
Este gesto, aparentemente sencillo, ha abierto una ventana a la reflexión sobre el papel de los periodistas veteranos en la formación de las nuevas generaciones y sobre la importancia de construir comunidades profesionales basadas en el respeto y la solidaridad.
La historia de Daniel Fortes y la reacción de Silvia Intxaurrondo han reavivado el viejo debate sobre la meritocracia y el nepotismo en los medios de comunicación españoles.
¿Es posible acceder a un puesto en RTVE por méritos propios cuando se tiene un apellido conocido? ¿Hasta qué punto la exposición mediática de los padres afecta la percepción pública sobre el talento y el esfuerzo de los hijos?
Las respuestas, como suele ocurrir en los asuntos complejos, no son unívocas.
Por un lado, la trayectoria académica y profesional de Daniel, que ha pasado por prácticas no remuneradas y ha optado a un contrato de formación, parece ajustarse a los procedimientos habituales.
Por otro, la sospecha de favoritismo persiste en una sociedad donde la confianza en las instituciones y en los procesos de selección es, a menudo, frágil.
El caso de Fortes hijo se convierte así en un espejo de las tensiones que atraviesan el sector: la necesidad de garantizar la igualdad de oportunidades frente al riesgo de que los lazos familiares pesen más que el mérito.
La polémica, lejos de resolverse en el corto plazo, invita a una reflexión profunda sobre los mecanismos de acceso y promoción en los medios públicos, y sobre el papel de la transparencia en la construcción de una profesión más justa y plural.
La viralidad de la publicación de Intxaurrondo y Fortes es un fenómeno que merece ser analizado.
En una época en la que las redes sociales son el principal escenario de la conversación pública, cada mensaje puede convertirse en una chispa capaz de encender debates nacionales.
El hecho de que la bienvenida a Daniel Fortes haya superado los 2.000 ‘me gusta’ y generado cientos de comentarios demuestra el interés y la sensibilidad que despierta el tema entre los ciudadanos.
Pero la viralización no es solo una cuestión de números. Es, sobre todo, una muestra del poder de la palabra y de la capacidad de los periodistas para liderar conversaciones relevantes.
La empatía de Intxaurrondo, la defensa de Fortes y la participación masiva de los usuarios en la red social X configuran un escenario donde la opinión pública se convierte en protagonista y donde cada aportación contribuye a enriquecer el debate.
Este fenómeno, lejos de ser anecdótico, pone de relieve la importancia de cuidar el discurso público y de fomentar el respeto en las interacciones digitales.
La polémica sobre Daniel Fortes es, en última instancia, una oportunidad para reivindicar la responsabilidad de los comunicadores y de los ciudadanos en la construcción de una conversación pública más sana y constructiva.
La defensa de Silvia Intxaurrondo y Xabier Fortes no es solo una cuestión personal, sino una reivindicación colectiva del oficio de periodista.
En un contexto marcado por la precariedad laboral, la presión mediática y la exposición pública, acceder a un puesto en RTVE o en cualquier medio relevante es, para muchos jóvenes, el resultado de años de esfuerzo y sacrificio.
La historia de Daniel, que ha seguido el camino de las prácticas y los contratos de formación, es la historia de miles de jóvenes que luchan cada día por encontrar su lugar en una profesión exigente y, a menudo, ingrata.
La exposición mediática, lejos de ser un privilegio, puede convertirse en una carga cuando las críticas y las sospechas se dirigen no solo al trabajo, sino también a la vida personal y familiar.
El mensaje de Intxaurrondo, al dar la bienvenida al joven periodista, es también una invitación a valorar el esfuerzo y la ilusión de quienes deciden embarcarse en el oficio, y a reconocer que el periodismo es, ante todo, una vocación que exige pasión, dedicación y coraje.
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La polémica sobre el acceso de Daniel Fortes al Canal 24 horas ha puesto en el centro del debate la necesidad de garantizar la transparencia en los procesos de selección de RTVE y de los medios públicos en general.
Las acusaciones de amaño y favoritismo, aunque desmentidas por los protagonistas, revelan la importancia de contar con mecanismos claros y auditables que permitan a todos los aspirantes competir en igualdad de condiciones.
La defensa de Fortes, basada en la normalidad del proceso seguido por su hijo, es una llamada a la confianza en las instituciones, pero también a la mejora continua de los sistemas de acceso.
La transparencia, lejos de ser un mero requisito formal, es la base sobre la que se construye la legitimidad de los medios públicos y la confianza de la ciudadanía en la información que reciben.
Este debate, lejos de agotarse en el caso particular de Daniel, invita a una reflexión más amplia sobre el futuro de RTVE y sobre la necesidad de fortalecer sus procedimientos internos para evitar que las sospechas de nepotismo empañen el trabajo de miles de profesionales.
La bienvenida de Intxaurrondo y la defensa de Fortes padre son también una reivindicación del papel de los periodistas veteranos en la formación de las nuevas generaciones.
En una profesión marcada por el cambio constante y la competencia feroz, el acompañamiento y el apoyo de quienes llevan años en el oficio son fundamentales para garantizar la calidad y la ética en el trabajo informativo.
La solidaridad mostrada por Intxaurrondo es un ejemplo de cómo el periodismo puede ser, además de un trabajo, una comunidad de aprendizaje y crecimiento.
El reconocimiento público de la trayectoria de Fortes y el deseo de éxito para su hijo son gestos que contribuyen a fortalecer los lazos entre profesionales y a construir una cultura de respeto y colaboración.
Este aspecto, a menudo olvidado en el debate sobre el acceso y la promoción, es clave para garantizar que el periodismo siga siendo una profesión capaz de atraer y formar a los mejores talentos, independientemente de su origen familiar.
Reflexión final: más allá del apellido, el reto de construir una profesión justa.
La historia de Daniel Fortes, la defensa de Xabier Fortes y la empatía de Silvia Intxaurrondo son, en última instancia, una invitación a mirar más allá del apellido y a valorar el esfuerzo, la vocación y el compromiso de quienes deciden dedicarse al periodismo.
La polémica, lejos de ser un obstáculo, puede ser una oportunidad para reivindicar la importancia de la transparencia, la meritocracia y la solidaridad en la construcción de una profesión más justa y plural.
El futuro del periodismo español dependerá de la capacidad de sus profesionales para superar los prejuicios, fortalecer los mecanismos de acceso y promoción, y construir comunidades basadas en el respeto y la colaboración.
La bienvenida a Daniel Fortes, convertida en fenómeno viral, es el reflejo de una sociedad que sigue creyendo en el valor del esfuerzo y en la posibilidad de construir un oficio digno y apasionante.
