“Antes de su muerte, Ana Bertha Lepe rompió el silencio y reveló los nombres de los cinco cantantes que más odiaba

“Antes de su muerte, Ana Bertha Lepe rompió el silencio y reveló los nombres de los cinco cantantes que más odiaba — la exreina de belleza y actriz del cine de oro mexicano dejó una lista inesperada con historias de traición, envidia y dolor que nadie imaginaba.”

Durante décadas, Ana Bertha Lepe fue sinónimo de glamour, belleza y escándalo.
Ganadora de certámenes de belleza, actriz destacada y musa de la época dorada del cine mexicano, vivió una vida de luces intensas… y sombras igual de profundas.
Pero antes de morir, dejó una confesión que nadie esperaba: una lista con los cinco cantantes que más odiaba.

“Ya no tengo que fingir cariño por nadie. Es hora de decir la verdad,” habría dicho la actriz a una amiga íntima poco antes de su fallecimiento.

Y esa verdad —según quienes la conocieron— no solo hablaba de desagrado, sino de traiciones, celos y heridas que marcaron su vida profesional y personal.

 La belleza que desataba pasiones y enemistades

Ana Bertha Lepe no era una mujer que pasara desapercibida. Desde su coronación como Señorita México en 1953, se convirtió en un símbolo nacional.
Su sonrisa iluminaba las pantallas, pero también despertaba recelos. “Era demasiado hermosa para caerle bien a todos”, comentó un viejo cronista del espectáculo.

A lo largo de su carrera, compartió escenario y fama con grandes figuras de la música mexicana, pero no todas esas relaciones fueron amistosas.

“Tuvo amigos sinceros y enemigos silenciosos,” recuerda una compañera de set. “Y cuando alguien la traicionaba, lo recordaba para siempre.”

La lista que dejó al descubierto su verdad

Poco antes de morir, Ana Bertha escribió en su diario —que más tarde sería encontrado entre sus pertenencias— una lista que tituló:

“Los que me decepcionaron más que nadie.”

Aunque no reveló nombres completos, las descripciones bastaron para que los conocedores del medio comenzaran a conectar los puntos.
Cinco nombres, cinco historias y un mismo hilo conductor: la deslealtad.

 El ídolo que le rompió el corazón

“Cantaba como los ángeles, pero mentía como el diablo.”

El primer cantante al que se refería era un famoso charro de voz potente y sonrisa encantadora. Ana Bertha se enamoró de él en los años 50, cuando ambos eran jóvenes promesas del espectáculo.
Según allegados, la relación fue intensa y pública, pero terminó en traición.

“Él le prometió matrimonio y le fue infiel con otra actriz del medio,” dijo un periodista veterano.
Esa infidelidad no solo rompió su corazón, sino que la convirtió en el blanco de los tabloides. “Nunca volvió a confiar en un cantante después de eso,” aseguró una amiga.

 El compañero que la envidiaba

“No soportaba que la cámara me amara más que a él.”

En su diario, Ana Bertha relató cómo un compañero de grabaciones, también cantante, la humilló públicamente durante una filmación. “Me decía que no era actriz, que solo servía para adornar.”

Años más tarde, ese mismo hombre intentó reconciliarse, pero ella lo rechazó. “Su ego era tan grande como su voz,” escribió.
“Con él entendí que el talento no siempre viene acompañado de humildad.”

 La rival que fingía amistad

“Sonreía frente a mí y me apuñalaba por la espalda con su lengua.”

Entre los nombres que mencionó, también figuraba una famosa cantante y actriz de su generación, con quien compartió varios proyectos.
Durante años, el público creyó que eran amigas inseparables, pero la realidad era otra.
“Competían por los mismos papeles, los mismos hombres y los mismos aplausos,” explicó un historiador del cine de oro.

En su carta, Ana Bertha no escondió el rencor:

“Ella no soportaba verme feliz. Y cuando podía, se encargaba de arruinarlo.”

 El galán que jugó con su fama

“Usó mi nombre para escalar, y cuando lo logró, me dejó atrás.”

El cuarto nombre de la lista pertenece, según rumores, a un cantante de los años 60, quien habría iniciado una relación con la actriz por conveniencia.
“Ella lo impulsó, le presentó a productores y lo ayudó a brillar. Pero cuando él alcanzó la fama, se olvidó de quién lo apoyó,” contó un allegado.

Para Ana Bertha, aquella traición fue más dolorosa que una infidelidad. “Lo amaba como artista, no como pareja. Pero me falló como ser humano.”

 El amigo que la traicionó en silencio

“De todos, él fue el peor… porque lo consideraba mi hermano.”

El último nombre de la lista era el más misterioso. En sus escritos, Ana Bertha hablaba de un cantante con quien compartió confidencias y sueños, alguien que conocía sus debilidades.
“Sabía lo que me dolía, y aun así me traicionó.”

Al parecer, este hombre habría vendido información privada a la prensa durante una de las etapas más difíciles de su vida.

“Lo perdoné públicamente, pero en el fondo jamás lo hice,” escribió. “Hay cosas que ni el tiempo ni la muerte borran.”

 La confesión que liberó su alma

Quienes estuvieron cerca de la actriz aseguran que escribir esa lista fue un acto de liberación.

“Dijo que no quería morir con odio en el corazón, pero necesitaba dejar constancia de lo vivido,” comentó una sobrina.

Después de redactar la carta, Ana Bertha la guardó entre sus joyas más queridas, junto a fotografías de su juventud.
Nunca reveló el documento en vida. Pero según quienes lo leyeron después, cada línea era una mezcla de dolor, nostalgia y dignidad.

 Entre el perdón y el rencor

Ana Bertha Lepe no fue una mujer rencorosa, pero tampoco olvidadiza. “Era de carácter fuerte, de esas que no lloran frente a los demás, pero sienten más que nadie,” dijo un amigo cercano.

En los últimos años, solía decir:

“Perdonar no siempre es reconciliarse. A veces es simplemente dejar de cargar con el otro.”

A pesar de los desencuentros, admiraba a muchos de sus contemporáneos y respetaba el arte por encima de las rivalidades. “Nunca habló por envidia, sino por decepción,” aseguró una periodista que la entrevistó poco antes de su fallecimiento.

 El legado de una mujer que no calló

Ana Bertha Lepe falleció en 2013, dejando un legado de talento, elegancia y carácter. Su última confesión, más que un acto de odio, fue una muestra de su humanidad.

“Amar el arte fue mi mayor bendición. Confiar en la gente, mi mayor error,” escribió.

Hoy, su historia sigue inspirando a nuevas generaciones, no solo por su belleza o su fama, sino por su valentía para decir lo que muchos callan.

Porque incluso en sus últimos días, Ana Bertha Lepe demostró que las verdaderas divas no temen hablar… aunque sus palabras ardan como fuego.

 Epílogo

Cincuenta años de carrera, miles de aplausos y cinco nombres que jamás olvidó.
Su historia no es solo la de una actriz, sino la de una mujer que vivió con intensidad, que amó con entrega y que sufrió con dignidad.

“No me arrepiento de lo que sentí, sino de lo que callé,” fue una de sus últimas frases.

Y con ella, Ana Bertha Lepe dejó claro que incluso las estrellas más brillantes tienen sombras que solo el tiempo se atreve a iluminar.