Desde muy pequeña, Lina Luaces mostró una presencia escénica única y un carisma que encantaba a todos a su alrededor.
Hija de la reconocida presentadora Lili Estefan, creció bajo los reflectores del espectáculo, pero también supo mantener una personalidad humilde y disciplinada.
Su evolución ha sido constante, y sus redes sociales han dejado ver cómo fue forjando su camino con esfuerzo, lejos de depender solo del legado familiar.
Durante su adolescencia, Lina se convirtió en un referente de estilo y empoderamiento. Se interesó por la moda, la comunicación y el bienestar físico y mental, siempre buscando superarse.
No era raro verla participando en actividades solidarias o compartiendo mensajes positivos con sus seguidores. Su autenticidad y madurez le fueron ganando el cariño del público.
Con los años, su belleza natural se combinó con una fuerte preparación intelectual y emocional.
Lina decidió presentarse a Miss Universe Cuba con una propuesta fresca, moderna y con propósito: demostrar que las reinas de belleza también pueden ser agentes de cambio.
Su participación en el certamen no solo fue destacada por su elegancia, sino por su elocuencia y compromiso social.
Hoy, como Miss Universe Cuba, Lina Luaces se ha convertido en un símbolo de inspiración para las jóvenes que sueñan con lograr sus metas.
Representa la constancia, la evolución personal y el orgullo de ser una mujer latina con voz propia.
Su agenda como reina está repleta de actividades, entrevistas, pasarelas y proyectos que buscan dejar huella.
Su historia, de niña a reina, es un ejemplo de cómo la dedicación, el amor propio y la autenticidad pueden abrir grandes puertas.
Lina no solo brilla por su corona, sino por su esencia, su inteligencia y su pasión por representar a su país con dignidad. Y lo mejor de todo: esto apenas comienza para ella.
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